Matilde de los Belgas se convierte en ‘Elsa’ en su duelo de quilates con Máxima
Después de que este martes por la mañana Máxima de Holanda y Matilde de los Belgas protagonizaran un duelo de estilo a la llegada de los Reyes de Holanda a Bruselas, por la noche, ambas consortes han sacado la artillería pesada en la cena de gala que Felipe y Matilde han ofrecido en el Castillo de Laeken en honor a sus amigos, que se encuentran de visita de Estado en Bélgica.
Los Reyes de Holanda y los de los Belgas en una cena de gala en Bruselas. / Gtres
Una velada en la que estaba claro que tanto la consorte holandesa como la belga iban a apostar por algunas de las piezas más importantes de su joyero, como así ha sido. Tanto Máxima como Matilde se han decantado por los diamantes, aunque en estilos diferentes. La esposa de Guillermo de Holanda ha lucido un favorecedor diseño en rosa empolvado con pedrería en el cuerpo y flores de tul en la falda de su modista de cabecera, Jan Taminiau, mientras que Matilde ha apostado por el azul, con un look en azul celeste, de encaje y con capa, al más puro estilo de Elsa, protagonista de la película Frozen.
Las reinas Máxima y Matilde en una cena de gala en Bruselas. / Gtres
En cuanto a las joyas, ambas royals, a las que se ha visto en todo momento en actitud cómplice y distendida, han apostado por algunas de las piezas más importantes de su joyero. Según el protocolo marcado en la velada, se requería el uso de tiara, y las dos reinas se han decantado por diademas de gran relevancia. La esposa de Guillermo de Holanda ha lucido la tiara Stuart en su versión sencilla, sin el gran diamante que se coloca en la zona superior y que Máxima de Holanda solo ha llevado en ocasiones puntuales -en una visita de Estado a Reino Unido, por ejemplo-. Máxima ha llevado también una gargantilla de diamantes, un broche con forma de lazo, dos pulseras y pendientes a juego.
Las reinas Máxima y Matilde en una cena de gala en Bruselas. / Gtres
Por su parte, la reina Matilde ha apostado por una de las piezas más importantes de su joyero, la tiara de las Nueve Provincias, que fue un regalo del pueblo belga a la reina Astrid con motivo de su enlace matrimonial con Leopoldo III. La tiara tiene forma de diadema, con once adornos desmontables que representan las nueve provincias de Bélgica, así como la ciudad de Bruselas y la antigua colonia de El Congo. Esta es una de las joyas preferidas de la Reina y se puede llevar con las piezas desmontables o sin ellas. Asimismo, Matilde de los Belgas también ha llevado un collar de diamantes -que en realidad es una tiara- y pendientes a juego. Un duelo de quilates entre dos reinas que ha devuelto la pompa y el boato a Bruselas en una noche de verano que se ha convertido en un escenario de cuento.